Madre Teresa de Calcuta


Pregunta. Dónde nació la Madre Teresa de Calcuta:

  • En la India
  • En Irlanda
  • O en Albania

Respuesta: La Madre Teresa de Calcuta nace en Albania el 26 de agosto de 1910, con el nombre es Agnes Gonxha Bojaxhiu (agnɛs gɔnˈʤa bɔˈjadʒju/,).

Un poco de historia. Desde chica Agnes, quería ser misionera, por eso a los dieciocho años, se va a Irlanda para incorporándose al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, de las Hermanas de Loreto, para aprender ingles e irse a la India.

Llega como novicia a la India en 1929 y se convierte en monja en 1931 adoptando el nombre de Hermana María Teresa, en honor a Santa Teresita del Niño Jesús, la santa patrona de los misioneros.

Durante 17 años vive y trabaja cómodamente como monja en el convento hasta que recibe la inspiración para cambiar radicalmente su vida e irse a vivir a las calles de Calcuta entre los más pobres de los pobres y cuidarlos. Y así en 1950 funda la orden de las "Misioneras de la Caridad" y en 1952 abre su primera hogar para asistir a los que están muriendo y ayudarles a dar el paso al más allá en un ambiente de paz y amor.

Y así poco a poco va creando nuevos centros que atienden a los despreciados por la sociedad: a los indigentes, a personas con lepra, con tuberculosis y con SIDA, al igual que a niños y adultos con deficiencia mental.

También desarrolla guarderías, y escuelas vocacionales, refugios para personas sin hogar, y casas para alcohólicos, y drogadictos al igual que centros de acopio, distribución y asistencia en casos de desastre.

En 1979 recibe el premio Nobel de la Paz. Y muere en Calcuta a los 69 años, el mismo día que fallece la Princesa Diana en Paris; el 5 de septiembre de 1997, habiendo instituido 610 fundaciones en 133 países. Su paso por la tierra se cierra con broche de oro cuando el Papa Juan Pablo II la beatificada en el 2003.

¿Por qué fue tan querida la Madre Teresa?

Yo creo que se debe a su lucidez, compasión, valentía y capacidad de comunicadora.

Déjame darte un ejemplo. Fíjate cómo ilustra la pobreza y la riqueza de espíritu usando la imagen de dos árboles; uno es el árbol de autodestrucción y el otro el árbol de la auto-realización:

Nos dice acerca del árbol de autodestrucción:

En sus ramas encontramos vacío, distanciamiento, apatía, conflicto con los demás, delincuencia, dependencia, alcoholismo, y droga adicción.

Y en sus raíces radica miedo, inseguridad, resentimiento, celos, desconfianza, hostilidad, culpabilidad, y autocompasión.

Mientras que en el árbol de la auto-realización:

En sus ramas florece sentido de misión, salud, alegría, auto-motivación, felicidad, aceptación, realización, y creatividad.

En sus raíces existe compasión, amistad, perdón, amor, agradecimiento, ternura, cercanía, y confianza.

¡Qué belleza!

Decía la madre Teresa que cuando abrió su primer centro de hermanas de la contemplación decidió ponerlo en Nueva York y no en el Himalaya porque es ahí donde realmente se necesita el fruto del silencio y la oración.

Fíjate en lo que dice uno de los voluntarios que trabaja en una de las casa de beneficencia en San Francisco, California: "Me he dado cuenta que trabajar aquí me ha dado una nueva perspectiva de la vida. Antes pensaba que el trabajo en la oficina era el mundo real, sin embargo, desde que estoy aquí de voluntario un día a la semana me he dado cuenta que no es así. Hoy estoy convencido que el mundo real está aquí, ayudando a los otros y no en una oficina.

La Madre Teresa enseñaba lo que ella llamaba un camino sencillo a la felicidad.

Decía que ella trabajaba para Dios. Y que ella era un simple instrumento. Por eso su filosofía era salir todos los días a las calles de Calcuta y ver lo que Dios había dispuesto para ella. Y cuando decidía emprender algo nuevo y no le salía, pensaba, pues entonces realmente Dios no lo quería.

Enseñaba que la oración en acción es amor, y el amor en acción es servir.

Y yo creo que no hay que limitar el amor en acción únicamente a la gente, sino, como dice William McDonough, hay que aprender a amar a todos los hijos de todas las especies por todos los tiempos.

Hoy, te invito a reflexionar sobre el camino sencillo que nos enseñó la Madre Teresa. Realmente no importa de que religión somos, todas profesan lo mismo, encontramos la auténtica felicidad y el sentido de la vida entregándonos a los demás. Esta es la herencia de nuestra auténtica humanidad.