Tres tips para manejar la sobrecarga de trabajo


Junto con los despidos y las reducciones, la sobrecarga de trabajo hoy es la norma. El estrés resultante es insano, improductivo y francamente desagradable.

Haz que tu eres tu propio jefe o trabajes para alguien que es tan exigente como lo eres, he aquí tres formas para hacer más eficaz tu vida laboral: 


1
Prioriza rigurosamente. Se riguroso en la gestión de tu tiempo; evalúa detalladamente a qué le estas dedicando tu tiempo y redirige tu energía a las prioridades más altas.
Una de las prioridades que siempre debe estar en tu lista es tomarse un tiempo para descansar y recargar sus baterías. 


2
Elimina las actividades que te hacen perder tiempo. Deja de trabajar en proyectos e iniciativas que no avanzan. Pregúntate a usted y a su equipo cuáles proyectos los hacen perder más energía y generan menos beneficios.


3
Haz esperar. Asegúrate de que la persona que esté a cargo (que podría ser tu mismo) puedes priorizar las solicitudes de su tiempo; no respondas inmediatamente a ciertas solicitudes hasta llegar al punto de sentirse sobrecargado y pide ayuda para decidir sobre lo que puede hacer hoy y lo que puede esperar para mañana.
Suerte y haz que tu trabajo no sea una sobrecarga de trabajo. 

No sólo comuníquese, explíquese

Las personas que se comunican bien saben que necesitan usar energía y entusiasmo para persuadir a su audiencia. 


Los buenos comunicadores saben que también deben explicar el porqué de todo el entusiasmo. 


La próxima vez que necesita compartir algo importante, asegúrese no sólo de expresar entusiasmo, sino que también de explicar claramente qué está en juego; responda a la pregunta "¿Qué significa esto?". 


Expón de qué se trata el asunto, iniciativa o problema y aclare bien lo que no es. 


Use metáforas sólo si son útiles para su argumento y comparta detalles que respalden lo que usted está afirmando. 
Después, determine lo que quiere que las personas hagan estableciendo expectativas claras. 


Pero no con tantos detalles que distraerían o confundirían a su audiencia; eso hágalo en las comunicaciones escritas.

Evita tres Errores

Cuando las cosas están bien, es tiempo de prepararse
justamente para cualquier imprevisto




Mientras escribo, la economía está fuerte. Todos sabemos que a cada ciclo de incremento o alza, lo procede
una recesión. Por ello, cuando las cosas están bien, es tiempo de prepararse para cuando se pongan mal.

Con el paso de los años he visto a varios empresarios cometer tres errores durante los ciclos de alza y depresión. El primero lo cometen cuando la situación está bien: los emprendedores empiezan a gastar. Con la
confianza en aumento, se animan a expandir la empresa, contratan a más personas, compran una casa más grande, un nuevo carro o tienen más hijos.

El segundo error ocurre cuando la economía cambia y la empresa disminuye la velocidad. Repentinamente, la confianza se debilita y los empresarios empiezan a ahorrar. Esta reducción sólo provoca que la empresa
caiga más rápido. A BUEN TIEMPO, BUEN AHORRO Uno de los mejores secretos que mi padre rico me enseñó fue ahorrar durante los momentos buenos y gastar en tiempos malos. Haz exactamente lo contrario de lo que están haciendo los demás. Cuando el tiempo es favorable, ahorra dinero pagando facturas y mejorando las ganancias.

Haz que tu empresa sea económicamente más fuerte. Cuida de no adquirir más deudas, especialmente
las que genera el ego, como comprar oficinas más grandes, por decir algo.

Sin embargo, cuando los tiempos sean malos, por otro lado, no reduzcas la actividad que genere ventas, como es la publicidad y promoción. Eso sería como suicidarse. Por el contrario, incrementa las ventas, presupuestos de promoción y mercadotecnia. Contrata a más vendedores. Aumenta la capacitación de ventas. Y es que, cuando la empresa decae, es más fácil meterse en un hoyo negro emocional.

Por ello, una campaña de ventas externa y agresiva, anula su temor y, más bien, provoca que la energía salga a raudales para después regresar en forma de ventas. Cuando la economía se recupera, una empresa que ha ahorrado dinero en marketing y publicidad, a menudo emerge más pequeña y más débil. Mientras que la
compañía que ha gastado dinero resurge más grande y más fuerte, capaz de crecer con mayor rapidez.

SEIS SEMANAS, UN CICLO DE PROMOCIÓN
El tercer error es no entender el ciclo de ventas y promoción. Mi padre rico me enseñó que promover un producto tiene un ciclo de seis semanas. Eso quiere decir que si hago un poco de promoción hoy, en seis semanas justamente, mis ventas aumentarán. Una de las razones por las que los emprendedores fallan es la
impaciencia: hacen poca promoción, pero cuando la hacen y nada ocurre, automáticamente dicen: “Gastar en publicidad es un desperdicio”.

Sin importar que el negocio sea bueno o malo, nunca pares de promocionarte, anunciarte o vender. Incluso si tu empresa corre lento, invierte dinero, tiempo y energía en ventas, promoción o publicidad; recuerda que mientras más negocios hagas, más negocios llegarán.

La Importancia de La misión

Salvar una compañía al borde de la muerte: La misión no sólo es posible, es necesaria Para mantener un negocio a flote 




Hace un año, una de mis compañías estaba en
problemas: las ventas habían bajado, no teníamos
nuevos productos, el estado de ánimo del personal
andaba por los suelos y comenzaron a renunciar.
Era obvio que algo andaba mal con el liderazgo. El director
general y su equipo no se comunicaban con mi personal o
mis clientes. No habían desarrollado nuevas líneas de distribución,
más bien acudieron a los clientes ya establecidos y
los atosigaron para conseguir más ventas. No había nuevas
iniciativas de mercadotecnia, en vez de ello, el director general
contrató a un gerente de mercadotecnia que era grosero
con su equipo y no conocía nuestros productos.
Al final, fue necesario despedir al director y a su equipo.
Nos llevó tres meses hacerlo, y el foco de infección por fin fue
saneado. Hoy, la compañía es totalmente diferente. Las ventas
se incrementaron, las utilidades son fuertes y el estado de
ánimo del personal es bueno.
¿En qué consistió la diferencia? La misión. La misión de la
compañía había sido pasada por alto, y después se olvidó. Sin esa
misión clara, el espíritu de la compañía fue desapareciendo.
La compañía agonizaba. Una vez que se restituyó la misión,
la empresa recuperó sus fuerzas y comenzó a crecer. (Analizo
la importancia de la misión como parte del Triángulo B-I en mi
libro Rich Dad, Poor Dad (Padre Rico, Padre Pobre).
Hace poco me entrevistaron para una radio de Sudáfrica
junto con uno de mis héroes emprendedores, Sir Richard
Branson, fundador del imperio de la marca Virgin. Branson
y yo hablamos de porque nuestras empresas estaban en
Sudáfrica. Al escucharlo, se notaba claramente que estaba
muy comprometido con su misión corporativa. En algún
momento dijo:
“Estoy entrando en la economía sudafricana para competir con
los titulares del sector. Están ganando demasiado”. Me pareció
muy sincero al hablar de su deseo de tratar con equidad a los
usuarios de teléfonos celulares en ese país.
Estaba en Australia cuando Branson incursionó en el negocio
de las aerolíneas de bajo costo en Sudáfrica. Ahí también, se
enfrentó a la competencia establecida. En poco tiempo, Virgin
conquistó a los viajeros australianos.
Y una vez más Branson los convenció de su sinceridad corporativa.
Estas son sólo dos de las veces en que este emprendedor
se ha enfrentado a marcas fuertes y establecidas. El compromiso
con su misión es una de las razones por las cuales Virgin es una
marca global tan poderosa.
Mi padre rico me advirtió: “La mayoría de los líderes corporativos
siguen de dientes para fuera la misión del fundador. Sin el
espíritu de emprendedor, la compañía fallece y se convierte en
un muerto viviente... un negocio sin espíritu”.



"Demostrar tu liderazgo significa que cuando surgen los problemas los enfrentas de una manera madura, racional y sincera, por muy molesto que te resulte."

Robin S. Sharma